
Teníamos al bebé a nuestro lado, pero no podía dormir.
Estaba a sólo medio metro de distancia.
Su respiración era tranquila.
Todo estaba en silencio.
Y sin embargo allí estaba yo, despierto, excitado y al borde del pánico.
El corazón decía algo diferente a los ojos.
Vi que estaba durmiendo.
No oí nada extraño
Pero mi cuerpo no podía relajarse.
Me quedé allí escuchando cada pequeño sonido.
Aguanta la respiración cuando haya silencio.
Encendí la luz para revisar su rostro, una y otra vez.
Era como si mi cuerpo no confiara en el silencio.
Sabía que esto era común... pero no ayudó.
Había leído que los bebés pueden respirar de manera desigual.
Que es normal que hagan pequeños ruidos y se muevan mientras duermen.
Que tengan sueño ligero y se despierten con frecuencia.
Pero no ayudó.
¿Porque qué pasa si mi hijo deja de respirar?
¿Qué pasa si me quedo dormido?
¿Y si esta vez no fuera normal?
Dormir con tu bebé a tu lado no es garantía de paz.
La Dirección de Salud de Noruega recomienda que los bebés duerman en la misma habitación que sus padres durante el primer año.
Y lo hicimos.
Pero no me sentía seguro.
Porque incluso cuando estaba a medio metro de distancia, no podía saber cómo se sentía realmente.
El silencio no es lo mismo que seguridad.
La seguridad es cuando sabes y lo sientes en tu cuerpo.
No necesitaba más consejos.
Necesitaba saber:
– Que su pulso estaba estable
– Que el oxígeno estaba bien
– Que la temperatura no subía
Sólo una señal silenciosa:
—Todo está bien ahora. Puedes dormir.
Por eso existe BabySensor
BabySensor fue creado para padres como yo.
Para aquellos que tienen a su bebé a su lado pero aún así no pueden dormir.
Para aquellos de ustedes que se sienten un poco locos por la preocupación, pero que en realidad son sólo padres.
BabySensor mide el pulso, el oxígeno y la temperatura de la piel de tu bebé y te avisa si algo se vuelve anormal.
Te da tranquilidad, incluso cuando todo está en silencio.
No necesitas saberlo todo. Solo necesitas saber que todo es como debe ser.
Lo cambia todo.
Te da sueño.
Te da aliento.
Te da la libertad de ser mamá, no supervisora.